AUDE. Compromiso social

Las recientes imágenes del terremoto de México, de las inundaciones de Houston, del huracán Irma sobre Cuba y Florida... reavivan nuestro deseo de ayudar e implicarnos en las múltiples problemáticas en que nos vemos envueltos.

Sin asustar a los niños -muy sensibles a estas edades- nos enfrentamos al dilema de enseñarles a vivir la solidaridad y el deseo de mejorar el mundo. 

En enero de 2010 se produjo un grave terremoto en Puerto Príncipe, Haiti. La ayuda internacional se movilizó para facilitar la búsqueda de supervivientes, limpieza de escombros, abastecimiento de agua y alimentos, reconstrucción de la población, alojamiento de las familias, etc. Hoy, en 2017, tras 7 años de la catástrofe, las heridas en la ciudad siguen siendo visibles y gran parte de la población sigue teniendo graves dificultades para la supervivencia diaria. Su nivel de vida y su índice de desarrollo humano (IDH) de acuerdo a los datos ofrecidos por las naciones Unidas es uno de los más bajos del planeta.[1]

Más de 60.800 personas no han podido rehacer sus hogares y continúan viviendo en campos de desplazados como el de "Camp Cano" cerca de la bahía de Puerto Príncipe en el que -según  Jonás Edeis, presidente del comité de vecinos- "No tenemos luz ni agua corriente. Tampoco hay hospitales, ni parques, ni escuelas"[2]. La situación ha mejorado mucho desde 2010, pero los problemas ocasionados por el terremoto -sin olvidar que Haiti ya era antes del terremoto el país más pobre del mundo- siguen persistiendo.

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Judith Martínez, madre de nuestra escuela (La Farga Infantil) y periodista editó hace algunos años el cuento “Elysse: Un Granito de Esperanza en Haití” para recoger fondos para el proyecto solidario “Juntos Caminamos Mejor”. Este curso 2016-2017 hemos decidido colaborar nuevamente con este proyecto porque los problemas de Haiti no han desaparecido y nos parecía importante transmitir el mensaje a nuestros alumnos y familias de que la ayuda es necesaria siempre, no solo en situaciones de emergencia o cuando aparece por la televisión.

Nuestra sociedad tiende a ser muy mediática, nos conmovemos fácilmente con las imágenes de la televisión, pero luego las olvidamos con igual facilidad y dejamos de prestar ayuda a quienes aún la necesitan. Abordar un proyecto como el de Haiti supone un esfuerzo por no olvidar, por perseverar en la ayuda y reactivar la memoria frente a tantas necesidades que no queremos ignorar al margen de que aparezcan o no en los medios.

El programa ha consistido en un proyecto de creación artística en que los niños y niñas han estado trabajando sobre posibles ideas para solucionar problemáticas de la ciudad como potabilizadoras y canalización de agua, construcción de carreteras, talleres mecánicos, hospitales... Los niños y las niñas han ideado soluciones inteligentes, solidarias, quizá utópicas e incluso locas en algunos casos y han realizado las maquetas para una gran instalación artística.

Esta búsqueda de soluciones no puede aplicarse de manera pragmática a la reconstrucción de Puerto Príncipe, sus maquinas desaladoras fabricadas con un colador casero o su ascensor subterráneo para recuperar objetos enterrados, no funcionan a nivel pragmático aunque sí lo hacen a nivel emocional y moral.

Han conocido (a esa tierna edad de 4 o 5 años en que los padres y madres tendemos a protegerlos de todo) la historia de otros niños de su edad menos afortunados, han reflexionado sobre las diferencias sociales, se han implicado en una búsqueda de soluciones, han hablado con sus padres para que colaboraran económicamente y... han aprendido que es necesario ayudarse e implicarse en las problemáticas sociales. Paralelamente a este proyecto de creación artística se ha recaudado fondos para ayudar a Haiti a través del proyecto "Juntos caminamos mejor" y de la venta del libro “Elysse: Un Granito de Esperanza en Haití” escrito por Judith Martínez, madre del colegio y periodista.



[1] El IDH es un importante indicador del desarrollo humano que elabora cada año Naciones Unidas. Se trata de un indicador que, a diferencia de los que se utilizaban anteriormente que medían el desarrollo económico de un país, analiza la salud, la educación y los ingresos.

Si ordenamos los países en función de su Índice de desarrollo humano, Haiti se encuentra en el puesto 163, por lo que sus habitantes están entre los que ocupan peor lugar del ranking de desarrollo humano(IDH).

http://www.datosmacro.com/idh/haiti

[2] http://www.eldiario.es/desalambre/Haiti-Despues-anos-terremoto-principio_0_472803042.html


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