¿Cómo ayudar a los hijos durante la adaptación?

Es bueno contarle a nuestro hijo: “Dentro de poco irás al colegio, conocerás a otros niños, podrás jugar con ellos y aprenderás muchas cosas.”

Si al dejarle en el colegio llora, tenemos que comprender su llanto como una manifestación de inseguridad, de una cierta angustia ante lo desconocido, pero no como un rechazo a su nueva vida.

No debemos quedarnos hasta que deje de llorar. Algunos padres no quieren irse hasta que su hijo deja de llorar. Así, lo único que consiguen es que su hijo llore más y más para que no se vayan. Aunque llore debemos irnos. Debemos aceptar su llanto. Nos despedimos sonriéndole para no transmitirle angustia, para ayudarle a sentirse tranquilo, a sentir que es bueno para él quedarse allí. No debemos prometerle regalos, ni engañarle diciendo que vamos a hacer un recado o que enseguida volvemos, ni escondernos para que no nos vea irnos. Debemos decirle adiós sonriendo. Le diremos: “Me voy a trabajar, disfruta con los otros niños, después te vengo a recoger”. Le damos un beso, y nos vamos lo antes posible. Prolongar el momento de la despedida sólo sirve para prolongar su angustia y la nuestra.

Si el niño recibe el mensaje de que sus padres van a trabajar, a realizar su proyecto mientras él realiza el suyo, si ve que no le engañan y que le sonríen, aceptará el cambio que se está produciendo en su vida. Se adaptarán en pocos días y podrá disfrutar en el centro escolar con niños y adultos. Rápidamente dejará de llorar al despedirse de sus padres e incluso le costará aceptar que algunos días no hay colegio: querrá ir, con sus nuevos amiguitos.

Cuando recojamos a nuestro hijo, no debemos angustiarle preguntándole: “¿Has llorado mucho? ¿Te han pegado?” O “¿Has comido todo, te dejaste comida en el plato?” Debemos hablar de los aspectos positivos: ”Seguro que has jugado mucho, que has aprendido muchas cosas, que te lo has pasado muy bien…” Si el niño dice que no lo pasa bien, le diremos que eso le sucede porque acaba de empezar, pero que muy pronto se sentirá muy a gusto.

El niño que empieza educación infantil preparado por sus padres, quienes le han explicado dónde va a ir, los niños que va a conocer y lo que va a aprender, aceptará la nueva experiencia y podrá descubrir todo lo que tiene de positivo dar ese paso en su vida.

El horario del niño, probablemente, tendrá que modificarse en función de sus nuevas necesidades. Deberemos tener en cuenta la hora de entrada al centro escolar, y que seguramente se cansará más que antes de ir al colegio. Necesitará acostarse a una hora que le permita despertarse despejado y de buen humor, para empezar el día tranquilo.

 

Para ayudarle a adaptarse debemos llevarlo todos los días a la misma hora y procurar que no falte.


Noticia
Articles relacionats