Proyecto Cuídame.

Nació fruto de una preocupación, de una inquietud: la reflexión compartida entre las maestras sobre la necesidad de incrementar el cuidado hacia los espacios de la escuela, los materiales del aula o los compañeros de clase; la vida en

Nace de la observación de cosas muy normales y habituales como tirar un papel al suelo, pisar la hierba o dar un empujón a un compañero. El detonante fue el olivo de la entrada de La Farga Infantil, un árbol emblemático para nosotros. Los niños y niñas a menudo se suben y juegan en sus ramas cuando, por las tardes, los padres y madres vienen a buscar a sus hijos y comparten un rato de juego a la entrada de la escuela. El caso, puntual, es que una de las ramas del árbol se murió, perdió las hojas y el jardinero la tuvo que cortar.

Es un hecho simple, nada dramático, pero que nos llevó a reflexionar desde el aula de plástica sobre su significado. No nos pareció que hubiera una causa única o un porqué definido; a nuestro entender, reflejaba una falta de interiorización de la necesidad de respeto hacia lo que nos rodea que evidenciaba una necesidad de educar en una actitud respetuosa, cuidadosa, interiorizada, que no dependiera tanto de las normativas o de la vigilancia externa cómo de la propia valoración. De hecho, eso es educar; si no lo que hacemos es controlar.


Siguiendo nuestro proceso de reflexión, nos pareció que esta falta de cuidado estaba relacionada con la capacidad de reflexión, con la capacidad de observación como paso previo para poder descubrir, conocer, respetar y querer a los demás, las cosas y el entorno. Mirar, descubrir la belleza, las necesidades del otro (humano o no), establecer vínculos respetuosos y afectivos quizás era un buen camino para conseguirlo y desde nuestra área podíamos hacer mucho!. La plástica, el arte, nos permite acercarnos a la realidad de otro modo, con otra mirada, y nos pareció que provocar esta nueva mirada en torno a todo lo que nos rodea podía favorecer unas actitudes más respetuosas.

Este proyecto es más ambicioso; la hierba la podemos sacar (quizás lo haremos). Este proyecto lo que busca es promover una reflexión y una actitud de cuidado que en la aceleración del mundo contemporáneo nos trae, a veces, a pisar no la hierba sino todo lo que nos rodea: personas, ecosistema, relaciones. Una actitud de “mirada atenta” que si bien no asegura el cambio, como mínimo lo posibilita.

Si cómo dice Gómez Pérez “el déficit del niño contemporáneo … no se encuentra ni en la cantidad de información ni en el grado de desarrollo de sus habilidades, ni incluso en el nivel de adquisición de las materias instrumentales.. (sino) en la capacidad de pensar; de organizar racionalmente los fragmentos de información; de buscar su sentido… ” (PÉREZ GÓMEZ, 1992:12). Se hace necesario educar esta capacidad de reflexión.

En el Atelier no queremos tanto que aprendan todos los procedimientos posibles o la técnica del modelado; lo que queremos es que el arte sea otra manera de estimular la reflexión y el compromiso con un mundo mejor; lo que queremos es que desde las particularidades del arte (desde la templanza, el modelado y sobre todo desde el atrevimiento inesperado del pensamiento artístico) contribuimos a una tarea más importante: a educar niños y niñas abiertos a los otros, respetuosos, creativos, reflexivos, con capacidad de querer y cuidar de nuestro mundo. Creemos que el arte no es un ámbito de habilidad técnica desconectado de las preocupaciones de la escuela y del mundo.

Partiendo de este objetivo general diseñamos una serie de actividades que promovieran estos procesos de concienciación.


Compromiso social
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