Rutinas de pensamiento: ¿Cómo ayudar a los niños a pensar con más eficacia?

Este curso estamos incidiendo especialmente en desarrollar los hábitos de pensamiento y en mejorar aquellos aspectos, fuerzas culturales, que ayudan a construir un mundo más reflexivo: una cultura de pensamiento.

Como seguramente sabéis en la escuela estamos formándonos e implementando VESS, un modelo de estrategias de pensamiento inspirado en las estrategias de pensamiento del Proyecto Zero de Harvard.

VESS distingue 17 hábitos de pensamiento que van desde saber argumentar (razonar con evidencia), conectar (relacionar un hecho o un concepto con recuerdos, imágenes, sonidos, olores o experiencias previas), escanear (aprender a captar detenidamente todos los detalles) hasta hábitos tan importantes como gestionar la impulsividad o descubrir la complejidad que se esconde bajo tantos temas que a menudo analizamos de manera superficial.

Estos hábitos se pueden trabajar tanto en casa como en la escuela a partir de juegos y propuestas como:

• Jugar a distinguir y nombrar todos los sonidos que se escuchan en una grabación musical con sonidos de la naturaleza (escanear)

• Jugar a adivinar qué pasará cuando sumergimos un papel dentro de un vaso de agua (predecir y hacer hipótesis)

• Recordar, después de mirar y tapar una imagen o un grupo de objetos, todos los elementos que aparecían (observar y rutina del 10x2)

• ... y todas aquellas propuestas que, con creatividad pedagógica, podamos inventar (o aprender) para ayudarles a adquirir los hábitos de reflexionar, imaginar, predecir, sintetizar, etc.

De esta manera los niños y niñas, poco a poco, van incorporando rutinas y hábitos hasta aplicarlas de manera natural en su vida cotidiana. Para lograr esto es necesario que les damos tiempo para pensar, oportunidades para hacer las cosas por ellos mismos sin adelantarnos y ofrecer una ayuda que no necesitan, confianza en sus capacidades, un modelo de padre, madre (y maestra) reflexivos, un ambiente y unas propuestas ricas y estimulantes... Una serie de condiciones que son las "fuerzas culturales" que ayudan a crear una cultura de pensamiento.

Contrariamente a lo que podría parecer, hacer énfasis en el pensamiento no supone dejar de lado de las emociones. ¡Las emociones son un elemento imprescindible para aprender! Lo que plantea este modelo es que emoción y reflexión no son actitudes contradictorias, sino complementarias y que ambas son necesarias para afrontar la vida con equilibrio y sabiduría.